Érase un lugar donde los bosques palidecen en invierno. Sus árboles, encargados de tapizar una foresta inabarcable, se cubren tanto de nieve que se les llega a calificar de auténticos centinelas del Ártico. Sólo les faltaría el escudo. Allí, el rumor de los ríos se detiene y los lagos entran en parálisis para volverse de […]
La entra...
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