Era mi segundo viaje a Islandia y tenía claras dos cosas: una, dado que pasábamos fin de año en Reykjavík, reservaríamos un buen lugar para disfrutar de una exquisita cena de Nochevieja. Segundo, regresar al Saegreifinn a tomar una sopa de langosta, gran descubrimiento en mi primer viaje allá por 2011, cuando este restaurante del […]
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